SÃ, mejor que lo prometas, por ti, por tu salud y bienestar. No vas a morir, pero, ¿sabÃas qué perjuicios te pueden acarrear estas simples acciones después de comer? Observa.
Claramente, es mucho mejor si no fumas ni antes ni después de comer. Es un vicio nocivo, sucio y caro, evÃtalo cuanto te sea posible. No obstante, si no puedes con ello, olvida ese cigarrito de después de cada comida. ¿No entiendes la razón? Tal y como te dice el vÃdeo, un cigarro tras la comida equivale a diez; con esta proporción vas aumentando sin querer tus posibilidades de padecer cáncer. Este efecto multiplicador va de la mano del funcionamiento del sistema digestivo: al fumar, la nicotina se adhiere al oxÃgeno que hay en nuestra sangre, de forma que al hacer la digestión estamos facilitando la propagación de esta sustancia por todo nuestro organismo.
En numerosas culturas es habitual tomar té e incluso café después de comer, sin embargo, la ingesta de cafeÃna o taninos en uno y otro caso, no es un hábito sano tras la comida. Estas sustancias impiden que minerales tan importantes como el hierro o el zinc sean absorbidos con normalidad por nuestro organismo. En el caso del hierro debes saber que influye directamente en los niveles de hemoglobina idóneos para nuestro cuerpo. En cuanto al zinc, es vital para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Habrá que ir despidiéndose de la siesta… Según algunos doctores al dormir con el estómago lleno vamos a provocar reflujo y ardores al despertar; en ello influyen tanto la posición como la digestión. Aunque nos pese, lo recomendable es esperar al menos dos horas después de comer para dormir. Y si es practicando algún tipo de actividad fÃsica mucho mejor. Apúntalo para antes del sueño de la noche, será infinitamente mejor. Y, en cuanto a la siesta, no olvides que reposar no implica dormir.
Cuántas veces habrás oÃdo eso de..”no te bañes, que aún no has hecho la digestión”. Y en cierto modo es una gran verdad. Mientras hacemos la digestión nuestro flujo sanguÃneo está dedicado plenamente a este proceso, pues debe emplearse a fondo en disolver los alimentos ingeridos y sacar de ellos el máximo de nutrientes. Si durante el proceso tomamos un baño, peor si es de agua frÃa, podemos desviar a la sangre de este proceso: es decir, nuestro flujo sanguÃneo habrá de estar atento tanto al proceso de la digestión como a mover nuestros músculos al nadar o calentar nuestro cuerpo.
Otra costumbre muy arraigada y que debemos desechar es la de tomar fruta como postre de nuestras comidas. Lo ideal es tomarlas como tentempié, pero si hemos de integrarlas en las comidas es preferible que sea como entrante. ¿O pensabas que lo del melón con jamón fue casualidad? El caso es que tras una comida copiosa, rica en hidratos y en proteÃnas, la digestión se ralentiza, lo que deja a las frutas en nuestro aparato digestivo a la espera. Las consecuencias pueden ser negativas para nuestro organismo. Pero si eres fan irremediable de la pieza de fruta para finalizar una buena comida, no desesperes: la piña, la manzana o la papaya son estupendas en este caso, pues sus enzimas nos van a ayudar a digerir mucho mejor las proteÃnas y almidones.
Pues aquà quedan nuestros consejitos de hoy. No cruces los dedos en tu espalda y promete que NUNCA harás estas cosas tras comer. ¿Seguro?